lunes, 5 de octubre de 2009

Un gato entre los juguetes...




                                             Un gato entre los juguetes...

Hola amiguitas y amiguitos o mejor dicho miau miau. Era un chiste, los saludo como siempre, hola amiguitos y amiguitas espero estén bien. Yo me encuentro muy bien.
Hoy tengo para contarles una historia de juguetes.
Hace exactamente una semana, fui a la escuela de mi amiguita, a la que ya conocen, llamada MAIA. No encontré a nadie, pero sí estaban los peluches y juguetes preferidos de los amiguitos de Maia, que está en primer grado.
Es que, ese día lunes tuvieron que llevarlos a la escuela para hacer un trabajo y estos se quedarían hasta el día siguiente. O sea, que muchos dormirían por primera vez fuera de sus casas.
Cuando llegué, como les decía, ya no quedaba nadie en la escuela, sólo juguetes y peluches. Aunque les cuento, también encontré un mp4.
Entré, y a penas los miré me reconocieron de aquella vez que los visité en sus casas el día en que a sus amigos les salió un diente. Acaso no soy gato gómez, el gato de los dientes salientes.
Estaban todos, teddy, el oso a quienes apodaban "el capitán". Manchita, amigo del capitán, que es un perro.
No me olvido de un hipopótamo que sin querer con su panza casi aplastaba el camión de Manolete. Cristian, amigo de Maia, por supuesto que llevó el suyo.
Había muchos pero muchos peluches y juguetes, también una jirafa. Ella, con su largo cuello vigilaba que no hubiese algún humano merodeando por ahí.
  Como era de noche algo teníamos que comer. Todos sabían que en esa escuela, que es de doble jornada, había un comedor, entonces ni lerdos ni perezosos nos fuimos al comedor.
Allí, nos encontramos con un montón de comida, al decir verdad era la comida para el almuerzo de los niños al día siguiente. Había pizzetas y la gelatina con frutas estaba riquísima. Nos comimos toda la comida y el postre, fue lo mejor. 
A esta altura de las circunstancias, con esa comida hicimos una fiesta en la que hubo música incluida, porque no se si recuerdan teníamos un mp4.
En fin, jugamos, nos divertimos y bailamos un largo rato, hasta que cada uno tuvo ganas de irse a dormir. Por supuesto, me encargué que todos se lavaran sus dientes antes de acostarse.
Finalmente, después de la limpieza de nuestros dientes, cada uno se durmió prontamente para que a la mañana siguiente cuando los niños regresaran los encontraran en los mismos lugares en los que los habían dejado.
Yo por mi parte, esperé que saliera el sol y antes de que llegara la directora y su esposo me fui despacio hasta mi casa, a ver si recibía algún mensaje que me avisara de que un nuevo diente asomó en las encías de un niño o niña.  
Bueno amiguitos, espero les haya gustado mi historia, ahora, como cada vez que les escribo, me despido con un dulce miau miau….

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