sábado, 5 de septiembre de 2009

Hola chicas y chicos, espero estén bien.
Yo me encuentro muy pero muy bien.
Ahora les voy a contar una hermosa historia.
Hoy fui a la casa de una amiguita llamada Brunella, que es bebé y a la que le salió su primer dientito.
Ni bien me enteré de esa noticia, fuí hasta mi cofré secreto, el que guardo con mucho cuidado, y busqué entre todos los regalos y presentes que tengo, uno muy especial, para esta ocasión que también es especial.
Es que ya les dije, que la llegada de un diente es muy maravillosa, muy particular, a los niños les gusta que le salgan dientes porque los hace sentir que van creciendo, que están más grandes.
Los papás de Brunella, después de darle de comer, o mejor dicho después que terminara de tomar la leche, la hicieron dormir una dormía un siestita.
En ese mismo momento yo me acerqué a su casa y le dejé un presente, un regalo. A ella, le dejé un juguetito para su cochecito.
Ni bien hice eso, me fui corriendo a mi casa a ver si me había llegado un nuevo mensaje en el que me avisaran que a otro amiguito o amiguita le había salido algún nuevo diente.
Después de ver si tenía un nuevo mensaje -que les cuento que sí lo tenía, pero esa historia la dejaré para otro día- volví a la casa de Brunella par observar si había despertado y efectivamente ya no dormía, estaba levantada.
Y con qué creen ustedes que me encontré?
Sí, me encontré con la bebé disfutando de su nuevo juguete.
Bueno amiguitos, ahora me despido de ustedes con un dulce miau miau y los espero muy pronto, así les cuento una nueva aventura.

Nota: Ustedes también pueden contarme si conocen a alguién a quien le haya salido un nuevo diente, así voy hasta allí a llevarles su regalito.
Hasta miau miau...

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